El sábado 23 fue mi cumpleaños nº 23, justamente (mi mamá me dijo que le juegue, pero la verdad, me olvidé).
Muy lindo todo. Ya había recibido unos días antes el regalo de Alis (un libro de T.S. Eliot que necesitaba tener) y mi auto-regalo: una muñeca Pullip que hizo toooodo su camino desde Singapur hasta el barrio de Congreso. Para aquellos que no lo saben, tengo debilidad por las muñecas, y por éstas en particular. Había ahorrado durante mucho tiempo y por fin la tengo:
La nombré Electra.
Por otro lado, el 22/09 tuve la suerte de poder asistir al recital de Iggy Pop. Fue increíble. No puedo decir más que eso.Hasta hice pogo...y yo, yo no hago pogo.
Esa noche, después de las doce, empezó mi cumpleaños. Ítalo me regaló una cartuchera, ya que la mía estaba toda rota, y un llavero, todo de Pucca. No tengo fotos, pero son lo más tierno ever.
Al otro día fueron a saludarme mis ex compañeros de taller, y también pasó Laura que me preparó galletitas con chocolate blanco (exquisitas...) y Gaelito me llevó Locus Solus, de Raymond Roussel.
Comimos torta (hecha por mi hermana Luli), pirotines y alfajorcitos de maicena, todo enviado desde el sur por mi familia. Muy rico.
Después fuimos a cenar a La Bisteca con unos amigos. Allí Ce y Nico me regalaron un stick con luces que se las trae (.....). Mi amiga Caro se portó con la visita a la peluquería (me hice un peinado rockstar-dark wave-son goku, ya verán, ya verán!)y en fin, recibí muchos regalos, pero más que nada, mucho amor. Así que soy una cursi y les agradezco porque la pasé excelente.
Gracias a los que me mandaron mails y a los que llamaron.
Estos días vienen más que complicados para mí y este festejo fue un gran gran mimo que necesitaba.
26.9.06
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