14.3.06

Películas que marcaron algun hito -aunque no las considere necesariamente buenas- en mi vida




Advertencia: Post spoiler. Si no la vieron y no quieren enterarse de ciertas cosas, ya saben.

Claroscuro
(Título original: Shine)
Creo que la sigo considerando una de mis favoritas, aunque ya no la más. Increíble, me la alquilé una vez que me quedé a dormir en lo de mis abuelos y la vi sola: me limó la cabeza. Más allá de lo carismático de David Helfgott, la tensión que se genera y que conduce amable y coherentemente hacia su locura, es buenísima. Algunas escenas conmueven por su fotografía, y la banda sonora es zarpada, como no podía ser de otra manera -David Helfgott es un virtuosísimo músico australiano; pianista, para más datos, y la peli es biográfica-. Geoffrey Rush se va al-mis-mí-si-mo-ca-ra-jo....




Velvet Goldmine
Antes que nada, sepan que quien escribe es una nerd total de esta película.
Bueno, por dónde empezar. Había salido un dossier en la Rolling Stone sobre el estreno -o el estreno to be, no recuerdo- y yo me lo había devorado. Estaba totalmente ansiosa por verla, pero sabiendo que era más o menos independiente, y yo vivía en Rio Gallegos, mi avidez se desmoronó un poco.
Pensaba, "algún día, cuando me vaya de acá".
Pero un día la descubrí en el video club del cual una amiga mía era socia. Me había pedido que la acompañara, pero ella estaba más en el género comedia romántica, "alguna con George Clooney o Brad Pitt", "Pretty Woman" era lo más, etcétera. Obviamente le rogué que la lleváramos, que le iba a encantar, de lo que sabía que trataba, yadda yadda, y la convencí.
Ella se quedó dormida a la media hora, y yo no podía respirar: esa película representaba una estética que me quemaba la cabeza, la música me resultó lo mejor de lo mejor, los personajes, la androginia y la obsesión que yo tengo con esas cosas, etc, etc. Me enloquecí.
Al otro día me planté en mi video club exigiéndoles que la trajeran, y tanta insistencia dio sus frutos -hasta me regalaron el póster, religiosamente pegado en la pared de la casa de mi mamá, donde yo vivía en esa época.
La alquilaba cada fin de semana, más o menos, quería que todos la vieran, terminaba de mostrársela a alguien y los miraba con cara de "Y??? y????", pero bueno, no tuvo mucho éxito dentro de mi ambiente tanto familiar como de amigos. Hasta Ítalo la despreció, pero bueno, él estaba en el fondo del clóset para aquel entonces; luego supo disfrutarla, y mucho.
Velvet realmente fue esas una de esas obsesiones insondables para cualquier otro que me observara desde afuera - bueno, creo que las obsesiones suelen resultarles así a cualquiera que mire desde afuera- y es esa clase de películas cuyos diálogos conocés de recontra memoria, cuya banda de sonido ya es música de una época de tu vida -me estoy poniendo muy solmenme....- y así.
Desde su estética hasta su no tan buen hilo narrativo, me resulta cautivante. Ya, luego de haberla visto tantas veces -Mónica Bartolomé subtitula para el orto- reconozco hasta los goofs mas leves. Sí, definitivamente es la peli que más veces vi en mi vida. No es excelente, pero a mí, me encanta....... n_n




Batalla Real
(Título original: Batoru rowaiaru, título en inglés: Battle Royal)
La vi el año pasado, en un período de pseudo fanatismo por el cine asiático que nos había agarrado a Ítalo, Gael y a mí. Una amiga me había hablado mucho de ella, y hasta me la había pasado, pero yo no tenía VCR entonces.
Nada, muy buena. En un futuro no tan lejano, Japón está hecho un caos y los jóvenes hacen lo que se les canta el forro de las pelotas. Pero la solución que el país implanta es un jueguito mooooy simpático -atención a la escena en que la chica con voz de Usagi Tsukino da las instrucciones- llamado la Batalla Real, donde se selecciona a un grupo de estudiantes -un curso en particular, ahí era un noveno grado, pero daba la impresión que tenían unos 15 años aprox- para ser trasladados -los dopan y los llevan; los secuestran- a una isla donde jugarán. A todos se les coloca un collar controlado por su maestro de clase, les dan algunos suministros, armas -al azar: les podían tocar desde una espada hasta la tapa de una olla-, y la consigna es que en tres días debe quedar un solo participante: el ganador. O sea, se tienen que matar entre todos, bah. Si se llegara a armar algun complot y al cabo de los tres días queda algun jugador vivo, el maestro -un copado- los mata a todos detonando el explosivo que llevan en el collar. Una situación cero tensa!!!
Me perturbó tanto su violencia completamente necesaria. Esa cosa tan shojo que tiene, y el tiro por la culata. Además, el papel de Kitano, buenísimo, aportándole humor a un clima totalmente carente de.




Desde ya, las recomiendo ampliamente.
Mañana, la próxima entrega.-


OT: Update acá.-

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